Las obras de construcción de la Gran Vía cambiaron la ubicación de muchas tiendas, entre ellas esta pastelería que se trasladó de la calle Jacometrezo a la calle Mayor, donde antaño se ubicaba el Café del Comercio y el Café Lisboa.

Restaurante CRB

Su nombre se explica por el origen mallorquín de sus fundadores: Coll, Ripoll y Balaguer. Su producto emblemático más antiguo no era la Napolitana, que hoy conocemos (panes de chocolate o crema), sino la ensaimada, una especialidad mallorquina en forma de brioche redondo, por no hablar del chocolate caliente que les proporcionaba Matías López, que se elaboraba en la cercana calle Montera, y que los clientes saboreaban en el pequeño salón.

Este establecimiento cuenta con dos espacios muy diferenciados, ya que ofrece cafetería-bar y pastelería, además de la venta de embutidos. Sus ensaimadas, napolitanas y trufas son famosas. Su emblema es una bailarina mallorquina que también está impresa en su papel de envolver rosa. ¿Qué madrileña no probó ni una vez sus napolitanas?

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